un poema de gabro
No te lo van a decir,
pero estabas destinado a morir esa noche.
No metafóricamente.
No poéticamente.
Muerto. De verdad.
Bolsa negra, velas en la banqueta, lugar equivocado en el momento exacto.
El universo lo tenía anotado.
Lo revisó dos veces.
Hasta despejó el cielo para que fuera más fácil limpiar.
¿Esa grieta en la banqueta? Era para ti.
¿Ese latido que se saltó? Guionizado.
El mensaje que no enviaste,
la llamada que ignoraste,
la puerta que cerraste sin pensar…
cada microsegundo te salvó la vida.
Ya tenían listo tu hueco en la tierra.
Recién cavado.
Sin nombre.
Perfecto.
No ibas a volver a ver el sol.
No ibas a terminar esa canción,
ni a reírte tan fuerte de nada,
ni a besar a esa persona que no deberías amar
con todo tu tonto y terco corazón.
Pero aquí estás.
Respirando como acto de rebeldía.
Parpadeando como si el destino no mandara.
Escupiéndole en la cara al guion.
Estabas destinado a morir esa noche.
Pero algo dentro de ti dijo que no.
Algo dentro de ti se levantó
y gritó:
“Todavía no.”
Así que si te estás preguntando
si eres lo bastante fuerte
para aguantar lo que viene,
Solo recuerda...
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.